casi invisible



2010/10/28

he also plays the pink panther theme

people inc.

sabbath, fifth avenue

2010/10/27

poesía efímera

2010/10/23

lo que se oculta

2010/10/20

código de ramas

2010/10/18

más de cerca

2010/10/17

cosas que nunca miramos

abraham lincoln brigade memorial

 Paseando por el escaso downtown de San Francisco encontramos un bonito memorial a la Brigada Abraham Lincoln, que luchó del lado republicano en la guerra civil española. En cierto modo me emocionó, y no tanto el hecho de que norteamericanos luchasen en nuestra guerra civil del lado gubernamental y en defensa de un estado constitucional, cosa que ya sabía, como el hecho de que esto se haya reconocido con un monumento de semejante importancia en ese curioso país de tópicos que no se cumplen, que es Estados Unidos. Nada como viajar para deshacer prejuicios.


2010/10/13

new york episodes (2): Rafael Guastavino y la New York Public Library

La New York Public Library es un edificio en el que se está cómodo, y en el que la cultura es real y absolutamente pública. Todo el mundo puede entrar, hacer fotos, acceder a los fondos (no solo tienen libros, también películas, música, documentales) o a internet. Es curioso, pero casi nadie sabe (ni siquiera las guías españolas lo mencionan) que la empresa que lo construyó, Guastavino Co., pertenecía a un estupendo constructor-arquitecto valenciano, Rafael Guastavino, que a finales del XIX se asentó en Nueva York y construyó infinidad de edificios en la gran manzana. Se hizo muy famoso por las bóvedas tabicadas construidas con material cerámico, que además de una exquisitez estética que atraía tanto a arquitectos como a usuarios, conseguía realizar  con unos espesores ínfimos que, con el tiempo, sólo se han superado tras el desarrollo del hormigón armado. Recomiendo que os informéis sobre este increíble constructor y que rastreéis su obra en Nueva York (creo que ahora hay un restaurante en un edificio suyo llamado Guastavino's).
Dejo unas fotos que tomó Lourdes cuando estuvimos. En ninguno de los espacios que se muestran están las famosas bóvedas, pero sí que capta el espíritu del lugar.



2010/10/12

learning from las vegas [o2]

Una de las cosas que más llaman la atención en Las Vegas es que no hay diarios gratuitos. Lo único que sí se puede coger de las cajas típicas norteamericanas para diarios en las calles, son tarjetas y revistas de anuncios de chicas. Y eso, en una sociedad como la norteamericana en la que las strippers de las películas hacen strip-tease con ropa (¿?), resulta cuando menos curioso.

Pero claro, es que esto son Las Vegas...





2010/10/11

suburban

en un lugar de san francisco [justicia poética]

Pese a los extraños brillos, esta foto no está manipulada. La tomamos en San Francisco, desde el autobús en el cruce de las calles Bush y Presidio. Todo un ejemplo de justicia poética.


tangerine dreams





2010/10/06

Dziga Vertov y el cine-ojo

Antes de la conferencia del otro día, estuvimos charlando con Agustín Fernández Mallo sobre literatura y arquitectura. Comentaba, con gran acierto, que a él, como profano en la materia, le atraía sobre todo la manera en que la arquitectura a partir del renacimiento se había convertido en un aglutinador de las artes, comprendiéndose como lo que en la modernidad se entendería como la obra de arte total. Comentaba Agustín que a él le parecía que esa función aglutinadora ahora la representaba el cine, que ha sustituído en la posmodernidad a la arquitectura en lo que a condensar disciplinas se refiere. Pensando esa noche en ello me he acordado de Dziga Vertov, ese montador-director, o como diría él, kinok-documentalista. Las vanguardias rusas dieron grandes personajes creativos, pero tal vez Vertov es uno de los menos mencionados. La intelectualidad de la rivé gauche del mayo del 68 parisino, con Jean Luc Godard a la cabeza sí se acordó de él, formando el colectivo VERTOV, y Chris Marker también, tomando el nombre de otro gran cineasta ruso, compañero de Vertov, y por el que formó el colectivo MEDVEDKINE. Sin embargo todo eso se ha perdido en el tiempo. El último intento que yo conozco de divulgar los escritos del movimiento del CINE-OJO, que así se llamaba, fue un libro publicado en 1973 por la Editorial Fundamentos, titulado El Cine Ojo. Dziga Vertov. En él se recopilan todos sus escritos y manifiestos, que dejan muy claro que las vanguardias lo inventaron y desarrollaron casi todo en el mundo del arte.
Dejo también un link a un trabajillo que hice sobre la relación entre Vertov y Chris Marker, esa rareza del cine francés que hizo, en palabras de mi amigo Cesar Esteban, el corto que más recomiendan los modernos del cine, La Jetée, que más tarde Terry Gilliam convertiría en la fantástica Doce Monos.

Realidad y ficción del No-Lugar. Ménage à Trois con Agustín Fernandez Mallo



Ayer se celebró en el Matadero de Madrid el primer encuentro del ciclo Ménage à trois en el que al menos un arquitecto comparte espacio y charla con otras dos personas que sólo tienen en común, necesariamente, el interés por los temas que los demás tratan.
Los convocados a esta primera cita fueron Agustín Fernández Mallo, escritor y poeta, Beatriz Ramo, arquitecta, y Guzmán de Yarza Blache, arquitecto. El tema elegido por cada uno era un proyecto recientemente realizado, y aunque los tres lo enfocaron desde disciplinas distintas (el propio proyecto arquitectónico, un proyecto de imagen y un proyecto literario) los tres versaron sobre lo mismo. A su entender, sobre el no-lugar. A mi entender se habló de algo mucho más palpable: el extrañamiento.
No voy a explicar cada una de las presentaciones, porque me quedaría en lo concreto. Realmente lo más interesante vino con el coloquio, escaso pero intenso, y en el que se pudo ver cómo en algunos casos el genio de la razón produce monstruos. En torno a los aeropuertos o del movimiento estático de una noria, leit motiv de las exposiciones de los arquitectos, salió a relucir el concepto de no-lugar y su aproximación al paraíso, en palabras de los conferenciantes. Un paraíso en el que nos libramos de los bienes (nuestro equipaje) y todos somos iguales una vez pasadas las fronteras. Un paraíso para comprar (todos lo mismo) un paraíso en el que todos compartimos una cultura (la del consumo, aparentemente) pese a unas diferencias que son mínimas (los pobres o los ancianos no suelen entrar en estos no-lugares, no están hechos para ellos), un paraíso en el que somos vigilados y duramente castigados cuando nos saltamos las reglas. Por todo ello, a pesar de ello, lo más cercano al paraíso que tenemos en la tierra: un lugar blanco, aséptico, vallado, en el que todos somos casi-iguales.
No tardaron en surgir voces entre el público (muy inteligentes, por cierto), que cuestionaron no todo lo que se refería a las características de los aeropuertos, sino a la noción de paraíso y su intento de extrapolación a la sociedad: en la actualidad la cultura del aeropuerto o del centro comercial se está tratando de llevar a las calles pero, ¿eso es lo que socialmente debemos demandar? ¿Qué pasa cuando no eres consumidor, o cuando eres anciano, o cuando no puedes pasar las fronteras impuestas para entrar en un lugar que debería ser accesible a todos, más allá de cualquier condición?.
La contradicción queda en una discusión de salón: hablamos en términos metafóricos. Pero entonces, ¿qué es eso del no-lugar, aplicado a la sociedad actual?. ¿Dónde está ese lugar de igualdad de todos los usuarios cuándo los usuarios son clasificados para su uso entre los aptos y los no aptos (aduanas, pasos de fronteras…)?. A mi entender, de lo que ayer se hablaba sin saberlo no era del no-lugar, sino del lugar extrañado. Nos atrae el aeropuerto, o las norias o las ciudades cuando en ellas se produce un cambio sustancial de manera brusca, no por su conversión en un no-lugar, sino por el extrañamiento que nos produce. Se citó “La Ciudad de los Muertos”, el capítulo de Las Ciudades Invisibles de Calvino, para hablar de la ciudad invertida, excavada más que construida, pero es más interesante hablar de ese cuento de Cortázar en el que una autopista, antigua metáfora moderna de la evolución y el movimiento, se convierte por un atasco de semanas en un lugar invertido en su forma de uso, cambiado a ámbito estático. La noria y los aeropuertos, en realidad como antesala de los aviones, son lugares de viaje en los que no nos movemos, ámbitos de movimiento estático (la noria) o de estatismo dinámico (el avión), lugares que, como nos pasa cuando cortan una vía rápida de paso vehicular para un uso circunstancial peatonal, se nos antojan como experiencias extraordinarias, extrañas e intensas. Físicamente, no existe en la sociedad un no-lugar, pero sí vivimos situaciones de extrañamiento del entorno. Y en Madrid, casi a diario.

2010/10/05

Igancio Abel y las Formas de Movimiento

Estoy leyendo La noche de los tiempos, el úlimo libro publicado por Antonio Muñoz Molina. Decidí leerlo porque hay escritores, o directores de cine o fotógrafos a los que hay que leer, ver sus películas o sus fotografías siempre, indiscriminadamente. No sin crítica, al contrario, criticando para absorber todo aquello que nos pueden ofrecer. En cualquier caso mi acercamiento a este libro tuvo un doble interés: el propio autor, como digo, y el hecho de que el protagonista sea el arquitecto director de las obras de la Ciudad Universitaria, un tal Ignacio Abel en la ficción de Muñoz Molina.
Leo así, en un pasaje del libro, que este arquitecto viaja con su amante en su vehículo, enciende la radio y siente la felicidad maquinista de vivir en un tiempo en el que la belleza de un automóvil es elevada a poesía por sus coetáneos y por él mismo. "Tenía la suerte de haberse hecho adulto en una época de máquinas extraordinarias, más hermosas que las estatuas de la Antigüedad, más increíbles que los prodigios de los cuentos...". Y es en este momento en el que recuerdo un librito que compré hace algunos años, como estudiante, que tenía el extraño y sugestivo título de "ACTAR. Discriminación entre las Formas de QUIETUD y las Formas de MOVIMIENTO en la CONSTRUCCIÓN", y que escribió el arquitecto catalán Nicolau María Rubió i Tudurí en 1931, a los cuarenta años de edad. Se publicó primero en francés, a cuenta del propio autor y posteriormente, ese mismo 1931, se editó en catalán en el número 75 de la Revista de Catalunya. El libro es una contestación, desde el punto de vista de un arquitecto moderno pero con raíces en la arquitectura local, a los manifiestos de la época que, sobre todo Le Corbusier, estaba publicando y comenzaban a asumirse casi como catecismos, creando un manierismo maquinista que estaba alejando al movimiento moderno de sus pretensiones de una arquitectura despojada de formas aleatorias y al mero servicio de la función.

El libro tiene el doble encanto de estar publicado (el mío es una edición barata pero muy cuidada del Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Murcia de 1984) a la manera de los manifiestos de las vanguardias, en sus formas y en su fondo, con una prosa incisiva, agresiva, que contesta desde el racionalismo local arquitectónico y pone en tela de juicio el, a mi parecer, arrogante carácter de los escritos de Le Corbusier. En descargo del gran arquitecto suizo (que no francés, pese a su chauvinismo) hay que decir que escribió de este librito que, además de los suyos, era el único que leía sobre arquitectura. Y eso, viniendo de quien venía, es ya decir mucho.
Está claro que los modernos sabían aprender de las críticas, siempre que las críticas fueran inteligentes. Y eso, aparentemente, es algo que también se perdió con el tiempo, como la modernidad.


ACTAR. Discriminación entre las Formas de QUIETUD y las Formas de MOVIMIENTO en la CONSTRUCCIÓN
Nicolau María Rubió i Tudurí
Comisión de Cultura del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Murcia / Galería-Librería Yerba / Consejería de Cultura y Educación de la Comunidad Autónoma, Murcia 1984
ISBN 84-500-9684-7

2010/10/04

oscuras luces gaditanas



my road to freedom

el patio de las 7 esquinas

2010/10/01

aniversario mortal