casi invisible



2010/11/24

coincidencias: Cortázar, Guido Llinás, Antonio Saura y Twozywo

Territorios es un libro articulado entorno a las influencias artísticas no literarias de Julio Cortázar. Son una serie de textos en los que se describen círculos no muy concretos que se van cerrando sobre las figuras y las obras de 16 artistas plásticos más o menos conocidos y reconocidos, con esa manera de contar tan de Cortázar, tan de decir tantas cosas sin nombrarlas del todo, dando vueltas en círculos que son tangentes en un punto, y luego otro más cerrado y dos más abiertos, no concéntricos y que van matizando –pero nunca del todo- a la persona y la obra de la que habla. O quizá no sea eso, y simplemente escriba y sea uno mismo el que circuscriba lo escrito al tema que es protagonista, una suerte de simbiosis a tres bandas entre escritor, lector y objeto, un juego activo que hace de la lectura, más que nunca, algo en lo que hay que estar muy atento.
Y entre jeroglífico y jeroglífico aparecen unos grabados a un único color –negro-, que tienen algo de arte ancestral africano, de vanguardia europea y también sudamericana. Es la obra de Guido Llinás Quintáns. No soy un experto en arte contemporáneo, pero tampoco un neófito, y me sorprende no haber visto nada de este cubano que en 2005 murió en París. De orígenes africano-catalanes (Cuba no deja de ser una lección de mestizaje que habría que mostrar a los puristas de los “rasgos diferenciales”), encuentro que fue amigo de Wilfredo Lam y también de Antonia Eiriz, dos maestros modernos de la pintura cubana. Marchó, como he dicho, a París en 1963, según la biografía de su hermano (http://www.guidollinas.net/) para evitar la previsible confrontación con el realismo socialista que, intuía, imperaría en Cuba. Tal vez también, y es arriesgado decirlo pero lo digo, por el rechazo que en Cuba existió a la homosexualidad, incluso tras el triunfo de la Revolución.
Recomiendo un vistazo a la web que he mencionado y también a la que parece gestionar su última pareja, Christoph Singler (http://www.guidollinas.com/), contra el que René Llinás sostiene la acusación de haber urdido el propio asesinato del pintor (sí, así de truculento fue el final de su vida). La historia de René y una ojeada a los gestores de su obra en París, Nueva York y Miami, cuyos nombres aparecen señalados en su web “gemela”, hacen que además de una obra excelente, la vida y la muerte de este pintor resulten un gran enigma.


















Existen certezas que no están basadas en nada más que la intuición, cosas que no se pueden demostrar pero de las que uno está seguro, y de repente la confirmación se produce en forma de coincidencia. Cuenca fue escenario de otra de estas demostraciones con Cortázar de fondo: él habló de estos fenómenos de encuentros espacio-temporales muchas veces, y yo los canalizo, me temo, a través de sus lecturas. Pero vamos a los hechos. Además de encontrarme con Llinás, a la vuelta de la página leí sobre Antonio Saura el mismo día en que me encontraba en Cuenca. Esa misma tardé visité la Fundación Antonio Pérez, un laberíntico edificio en la hoz que define el río Huécar y sobre la que cuelgan las famosas casas de esta ciudad. Llama la atención el edificio por ser una sucesión de anexos de antiguas viviendas (sospecho) intercomunicadas, además de por la soledad que nos rodea. Vemos obras del Equipo Crónica, del Grupo El Paso, de Zóbel, de Feito… y también de Antonio Saura, y algunas me parecen incluso las reproducidas en Territorios. ¿Coincidencia? Esas pequeñas cosas que hacen que estar aquí valga la pena supongo.



No me voy sin hablar de mi otro descubrimiento: un dúo de diseñadores gráficos polacos que exponían en el mismo museo, y que responden al impronunciable nombre de Twozywo. Una vez estudié algo de tipografía y maquetación en las revistas de  las vanguardias españolas y sudamericanas, y desde entonces estos temas me llaman mucho la atención. Pero incluso sin esa atracción por los tipos, sólo pasearse por sus obras para revistas, calendarios o publicidad es un privilegio que, además, es gratis. Internet es lo que tiene. Que lo disfrutéis (http://www.twozywo.art.pl/)

1 comentario:

Prof. Dr. Christoph Singler dijo...

Buenos días,
acabo de descubrir su blog y quisiera comentar lo que escribe sobre Guido Llinás y mí, para corregir algunas afirmaciones o suposiciones.
Nunca fuimos "pareja" Guido y yo. Tengo amigos homosexuales, lo cual no quiere decir que lo sea. También tengo amigos creyentes, rubios, flacos, no soy ni lo uno ni lo otro. Es probable que él haya comentado algo al respecto, de eso me doy cuenta a posteriori. .
Conocí a Guido fines de los 1980s, al preparar una exposición de arte latinoamericano para la Universidad de Toulouse, Francia (fui catedrático de literatura y artes latinoamericanas hasta mi jubilación). Me preguntó si quería escribir el texto para el catálogo, lo hice, le gustó. Con el tiempo me solicitó para otros textos, y sí viajábamos algunas veces juntos.
Me eligió luego como heredero de su obra parisina para evitar que ésta cayera en manos del gobierno cubano. Consideraba, además, que yo entendía mejor de arte que su hermano, un ignorante absoluto en esta materia, según el maestro.
El panfleto que publicó y que difunde Panamerican Arts es una telenovela, pésima pero la trama se prestaría. una acumulación de infundios y una difamación enorme tanto de mi como de los médicos y de la policía francesa. La pregunta es: si fuera como pretende este personaje siniestro, por qué nunca llevó el asunto a los tribunales? Conste que este libro es de por sí criminal.

gracias por publicar estos comentarios!