casi invisible



2010/08/05

cadillac records

La música popular actual, y creo que no me aventuro demasiado al decirlo, proviene en su inmensa mayoría de una misma raiz: la música de los esclavos negros llevados a américa. De los originales cantos de trabajo y de los bailes rituales y sociales basados en la estructura llamada-respuesta tan típica de la música africana (orígen) surgió por evolución el blues.
El blues, entendido genéricamente como un estilo musical, es en realidad una forma musical basada en una estructura patrón de 12 compases que se repiten, incorporando en las improvisaciones las llamadas blue notes (demasiado complejo para los no-músicos como yo explicar en qué consisten). Como la música, al igual que casi todas las disciplinas artísticas y de creación, no se basa en la estanqueidad sino en la permeabilidad, el blues y el jazz han estado siempre entremezclados, ya que primero es la música y luego la clasificación. En cualquier caso, si alguien quiere saber algo más sobre la influencia y el origen del blues, Ted Gioia ha escrito una historia del blues que parece (aún no la he leido, aunque sí que leí su "historia del jazz") muy recomendable.
Como todos somos un poquito perretes, otra opción es la película "Cadillac Records". La historia de este film (previamente desconocido para mí, encontrado por azar y no buscado) es la del sello Chess Records, fundado por el norteamericano de origen polaco Leonard Chess. En este sello es donde gente como Muddy Waters con Little Walter, Howling wolf, Chuck Berry o Etta James (entre otros) grabaron sus primeros, y en algunos casos casi todos sus discos. No sé hasta qué punto se conocerán aquí y ahora estos nombres, pero si te gusta el blues sabrás que junto con Robert Johnson (ya sabéis, el que al llegar a la encrucijada vendió su alma al diablo para poder tocar su guitarra como lo hacía), Big Joe Williams o BB King, estamos hablando de lo que ha sido la base del desarrollo posterior del blues más moderno de los años 60 (John Mayall, The Yardbirds y luego Cream y luego Eric Clapton, Led Zeppelin, o los mismísimos Rolling Stones, que también grabaron en Chess Records, como se ve en la película) y de lo que, cuando un blanquito empezó a emplear los ritmos negros (Elvis Aaron Presley) derivados de la música folclórica de los negros norteamericanos, se llamó Rock-and-Roll. Al final de la peli Willie Dixon hace un comentario muy gráfico de algo que ya muchos tienen claro, incluso entre los practicantes de ese nuevo género de la música negra, el hip-hop: todo está conectado en la música, y casi todo proviene de un mismo orígen. El rap no es una excepción, y mucho más si tenemos en cuenta que se basa en una base rítmica, en la sonoridad vocal y en, volvemos al principio, la llamada-respuesta, el coro y la repetición de un patrón.

En fin, muy recomendable, entretenida, instructiva y con buenas actuaciones: genial Jeffrey Wright haciendo de Waters, Adrien Brodie de Leonard Chess, Mos Def (me encanta este tío) de Chuck Berry y la jamona de Beyoncé Knowles (antes de que le engordasen los tobillos) en el papel de la rubísima Etta James y productora de la cinta.

Por supuesto la música es de coña.

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